¿Fue Jesús crucificado desnudo?
En tiempos antiguos, la crucifixión constituía uno de los castigos capitales más severos. Se suele pensar que los ciudadanos romanos estaban exentos de ser crucificados, pero la evidencia literaria muestra ciertas excepciones. Aproximadamente en el primer siglo después de Cristo, Cicerón informa que un ciudadano romano acusado de espionaje fue crucificado (Cicerón, Vérres 5.165-168). Lo llamativo del relato es que Cicerón sostiene que dicho individuo fue crucificado sin ropa.
Basándonos en este dato histórico, resulta apropiado preguntarse si Jesús fue crucificado desnudo o, como lo muestra la
mayoría de las representaciones cristianas, llevaba algún tipo de taparrabo que cubría sus partes más íntimas.
La tradición oral judía, plasmada en la Misná, no hace referencia a la crucifixión. No obstante, en ella se menciona los procedimientos previos y posteriores referentes al apedreamiento de una persona (Sotah. 3:8; Sanh. 6:3).
Algunos rabinos autorizaban a que los condenados caminaran hasta el lugar de ejecución cubriendo sus partes íntimas,
mientras que otros sostenían que estos debían ser despojados de su ropa al llegar al sitio donde serían ejecutados.
Por su parte, el Nuevo Testamento muestra que las personas que fueron o estaban destinadas a ser apedreadas —como la mujer hallada en adulterio y Esteban— llevaban vestimenta (Juan 8:5; Hech. 7:59). Bajo esta premisa, algunos podrían concluir que Jesús habría sido crucificado vestido. Infelizmente, esta conclusión debe ser evaluada a la luz de otros datos.
Mateo y Marcos concuerdan en que los soldados romanos, tras hacer mofa y abusar de Jesús, lo adornaron con sus vestimentas y partieron con él para crucificarlo (Mat. 27:31; Mar. 15:20). Al llevarlo vestido desde el pretorio hasta el Gólgota, es posible que los romanos honraran la costumbre judía citada anteriormente, en la que se autorizaba a los imputados a moverse hasta el lugar de ejecución cubriendo sus genitales. Esto implica que no es irrazonable suponer que los soldados habrían demostrado respeto hacia Jesús, y lo crucificaron con algún tipo de ropa interior.
No obstante, esto resulta complicado de verificar. Previo al acto de la crucifixión, los militares maltrataron a Jesús mediante escupitajos, golpes y mofas (Mat. 27:27-31; Mar. 15:16-20). A la luz de estos hechos, es lógico sostener que —si aquellos actuaron de manera desconsiderada con él antes de la crucifixión— adoptarían una postura similar al momento de imponer la sentencia.
Esto queda claro al observar que los soldados siguieron haciéndole burlas a Jesús, incluso cuando ya lo habían crucificado (Luc. 23:36). Adicionalmente, los evangelios sostienen que, en un momento dado, los soldados repartieron los vestidos de Jesús (Mat. 27:35; Mar. 15:24; Luc. 23:34; Juan 19:23), lo que implica que posiblemente Jesús se encontrara desnudo mientras colgaba de la cruz.
Ahora bien, el término griego para referirse a una persona vestida es himation, vocablo que se refiere a una prenda de vestir
que usualmente se utilizaba sobre la ropa interior (Mat. 9:20; 24:18; Hech. 7:58). Desde este punto de vista, los soldados únicamente habrían tomado la vestimenta “externa” de Jesús, permitiéndole vestir una que resguardara sus partes más íntimas.
No obstante, los evangelistas literalmente informan que sortearon “las vestimentas” de Jesús. Al detallar la vestimenta de Jesús en plural, la escena podría ser entendida como si los soldados le despojaran de más de una ropa, y no solo del manto exterior. Esto justifica por qué Marcos sostiene que habría sido sorteado más de un vestido, empleando el pronombre “ellos”. “Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaría cada uno” (Mar. 15:24).
A su vez, Juan esclarece la pluralidad del término, al indicar que —aunque los militares llevaron “los vestidos” (ta himatia)
de Jesús— “tomaron también la túnica, la cual no tenía costura, sino que era de una sola pieza, tejida de arriba abajo” (Juan 19:23, NVI). El término griego traducido como “túnica” proviene del sustantivo jitōn, que generalmente se refiere a la ropa que se encontraba bajo el manto externo, es decir, un tipo de atuendo que en ocasiones funcionaba como ropa interior.
A la luz de estas evidencias, es bastante probable que Jesús haya sido crucificado desnudo. Si esta interpretación es correcta, Jesús sufrió la humillación y la degradación públicas, siendo expuesto desnudo ante numerosas personas (Mat. 27:32-56; Mar. 15:21-32; Luc. 23:26-43; Juan 19:17-27).
Esto implica que, en su inmenso amor, cuando Jesús tomó nuestro lugar en la cruz, no solo se humilló y experimentó nuestra vergüenza; sino que además él mismo la vivió en su propia carne (Isa. 53:2-9; Fil. 2:5-11).



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