¿YA NO ME QUIERE?

¿Qué hacer cuando parece que una relación se enfría?

Dr. Pereyra:

Tengo un problema y no sé qué hacer. Tengo 35 años. Estoy casado con una mujer de 29 años y tenemos un hijo. Si miras la familia exteriormente, parece ejemplar. Nos repartimos las tareas de la casa, cocinamos los dos y hacemos todo juntos. El problema es que ella está muy distante. Es como un hielo. Antes me abrazaba, me cuidaba y hacía lo que fuera para hacerme feliz. Hoy es otra. No quiere abrazos ni besos. Si se los doy, se enoja. No la puedo tocar porque se molesta.

Sé que no me engaña con otro hombre. He intentado hablar con ella, pero es perder el tiempo. Nos comportamos como si fuéramos amigos, porque el amor que me demuestra es nulo. Supongo que el divorcio sería el camino fácil, pero yo la quiero y daría todo por ella. Me da la sensación de que cada día es igual al anterior y que moriré frustrado, sin poder disfrutar de una mujer que me dé amor. No sé qué hacer.

¿Qué consejo me podría dar?

Estimado amigo:

La vida está llena de giros y de cambios. Estos vaivenes traen alteraciones que reclaman por renovaciones. Gracias a Dios, por lo que usted dice el matrimonio se mantiene; lo que cambió es la calidad de la relación. Todo parece mostrar que su esposa está en otra etapa. Las mujeres, al convertirse en madres, por naturaleza tienden a volcar su amor, cuidados y atenciones al hijo. Los hombres muchas veces nos sentimos desplazados y molestos por esas transformaciones.

El desafío consiste en adaptarse a los cambios y buscar nuevas estrategias para recuperar el amor de su esposa. ¿Cómo lograrlo? Cultivando una actitud de tolerancia, comprensión y cariño. Hay que tolerar su aparente distanciamiento o frialdad para volver a enamorarla.

Entonces, tendrá que descubrir cómo enamorarla y cómo revivir sus antiguos sentimientos… pero sin forzar ni hacer reclamos. Es hora de madurar la relación y rescatarla del rol de madre exclusivista. Ahora bien, esto requiere paciencia, creatividad, elogios, agradecimiento (por la excelente madre que es) y un cariño sostenido.

No juegue el rol de víctima ni insista en reclamos. Practique un amor desinteresado, de entrega adecuada y disponibilidad permanente.

Confíe en que tendrá su recompensa.

Le deseo el mejor de los éxitos.

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